El pasado mes de marzo, como parte de nuestra actividad internacional, asistimos a la World Biogas Expo en Birmingham – Reino Unido.
En esta feria tuvimos la oportunidad de, a través del stand de HPS (Nuestra compañía matriz), y nuestros socios de Adicomp Srl, conversar con multitud de agentes clave en el sector del biogás, tanto a nivel británico, como a nivel internacional; pudiendo así seguir tomándole el pulso a un sector en alza en Europa.
 
															A nuestro regreso, aprovechamos el paso por Londres para visitar dos de los íconos energéticos más relevantes del S. XX, las centrales eléctricas de Battersea Park y Bankside.
La central de Battersea, ahora rehabilitadas de manera brillante por el estudio WilkinsonEyre, ha contribuido de manera notable a la revalorización de un barrio olvidado de la capital Británica, donde este gigante de ladrillo ya comparte espacio con la nueva embajada Estadounidense y los jardines de la embajada, en el extremo sudoeste de la ciudad.
Battersea comenzó su producción eléctrica allá por 1935, con la finalización de su sección A, proveyendo energía a barrios clave del sur de Londres, como Wimbledon o Croydon.
 
															 
															En 1955, ya con la fase B y sus 4 chimeneas de 103m de altura completamente terminadas, pasó a formar parte del paisaje urbano de la ciudad.
La central llegaría a producir 503 MW de energía, convirtiéndose así en la central más grande de Europa.
Por otro lado, en el extremo opuesto de la ciudad, la central de Bankside Power Station, también rehabilitada a comienzos de este siglo -por el estudio Suizo Herzog & De Meuron-, como el museo de arte moderno de la ciudad -TATE Modern-, es un ejemplo de la integración urbanística y la importancia de conservar símbolos de una época que nos hacen recordar como el progreso puede cambiarlo todo.
La central de Bankside llegó a producir un máximo de 300 MW al año, y permaneció en funcionamiento desde 1891 a 1981, con continuas remodelaciones y actualizaciones, como la inclusión de su enorme chimenea en 1953.
Pero eran otros tiempos, y la preocupación por el medioambiente y el entorno en el que se vivía, no estaba entre las prioridades de una sociedad que, se movió entre crisis y periodos de postguerra que condicionaron el ritmo de la época.
Ambas centrales cubrieron durante años el aire de un humo denso, que se unía al de todas las chimeneas de una urbe que crecía a un ritmo frenético. Sólo la central de Battersea llego a consumir 10.000 Toneladas de carbón a la semana, para la producción de 1/5 parte de la electricidad de la ciudad.
Y es esta mareante cifra, la que nos da una imagen de cómo han cambiado los tiempos; y de cómo, a pesar de avanzar con paso lento, el mundo se encamina al final de un modelo energético sostenido por el uso de combustibles fósiles.
 
															Hoy, desde lo alto de una de las chimeneas de estas moles que se yerguen poderosas, pero con otra perspectiva y gracias a la niebla, podemos hacernos una idea de cómo debía ser la ciudad por aquel entonces; sabiendo que ahora la presencia de estos dos iconos de la arquitectura industrial ya apagados, no es más que un signo de que otros modelos, como el de los gases renovables, van tomando el relevo de un sector energético sostenible y respetuoso con el medioambiente, haciendo que sean simplemente una huella del pasado.
HPBS
Tu especialista en gases Renovables
Y si deseas saber más sobre este y otros de nuestros proyectos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

 
							 
							